El vuelo de la doble muerte. Pilar Vera Palmés


JK 5022

El Tribunal Constitucional con su decisión de no admitir a trámite el Recurso de Amparopresentado por la AVJK5022 en Enero de éste año, ha consumado definitivamente la decisiónque los 3 Magistrados de la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid hicieron pública el19 de Septiembre de 2012 de archivar para siempre las responsabilidades penales por lamuerte de 154 personas y lesiones de por vida en otras 18.»Los pilotos son unos asesinos», estas palabras me resuenan una y otra vez, las dijo hace unosdías una de las personas en cuyas manos estaba decidir sobre ese Recurso, junto a las de «lospobres mecánicos desconocían esa avería», todo ello adornado con una lectura rápida no delpropio Recurso de Amparo sino del Auto de la Audiencia al que bendecía por la «claridad» deachacar las responsabilidades a los muertos, enfangando su memoria y su profesionalidad:cometieron un error pero lo pagaron con su vida.

Puede alguien sensato pensar que laprofesión de piloto encierre a «potenciales suicidas» o si tan claro lo tienen ¿porqué permitenque los potenciales asesinos/suicidas piloten los aviones?.He conocido al padre del piloto y a los padres del copiloto del JK5022, al drama de perder asus hijos se une el irreparable daño moral y social de «heredar» el estigma de esa incorrectaculpabilidad derivada del Informe Oficial de la CIAIAC. Eso era lo fácil y lo cobarde, porque lodifícil era adentrarse en las causas técnicas que provocaron la tragedia y desenmascarar a losque permiten que los inocentes mueran por nada, aunque las corazas que protegen a lospoderosos necesiten algo más que la voluntad y la honestidad de los ciudadanos paraatravesarlas.

Y también a la familia del denominado «3º en cabina» que tanta sabiduría demostró para saber sin tener la formación de un técnico de mantenimiento cual era el origen de la avería. Ladiferencia estriba en que el murió y los «pobres» se quedaron en tierra y siguen vivos,probablemente despachando más aviones y amparados por esa justicia garantista que les haprotegido con la «técnica jurídica» de quién ejerce la magistratura «sin tiempo» para empatizar con la víctima a la que ya consideran irremediablemente condenada: no puede sufrir más dolor del que ya ha padecido y en consecuencia puede soportar lo que le echen.Y después de haber estado los últimos 4 años liderando la causa de lograr justicia y verdadsobre la tragedia del Vuelo JK5022, en la que creemos cuantos estamos en la Asociación, esmuy duro comprobar la trampa en la que cae quién tiene la desgracia de sufrir una catástrofede ésta magnitud: pierdes a tu familiar, sin que hayan cesado las lágrimas acosan esos quevienen a decir: enterrar pronto y cobrar rápido aunque se disfracen de samaritanos con el cartelde justicia en la frente pero con la mente puesta en el vil metal. Luego la larga marcha hacia esa meta en la que crees que está la verdad, llena de dificultades en las que nadie parecereparar pero que hacen imposible que los débiles siquiera molesten a los poderososempeñados en seguir con su mecánica: el avión es el medio más seguro de transporte y si secae, no importa, porque la estadística seguirá afirmando lo mismo.

Todo eso permite sostener que el Vuelo JK5022 es el de la doble muerte: la de los nuestros el20 de Agosto de 2008 que se llevó parte de nuestra vida, y la muerte de las convicciones, delos principios y de la creencia de que ser ciudadanos honestos da derecho a que los poderesdel Estado te protejan y te traten con la misma dignidad que tu le entregas cada día de las másdiversas maneras para ayudar a mantenerlo. Dignidad por Indignidad no es un trato justo.

*Pilar Vera Palmés es presidenta de la Asociación del Víctimas del JK5022. Este texto nos lo remitió su autora.

Acerca de juanglujan

Juan García Luján es periodista, de las islas Canarias. Ha trabajado en radio, prensa y televisión. Entiende el oficio de periodista como la posibilidad de informar, comunicar y reflexionar en alto. Todavía cree que es una profesión útil para la sociedad. Después de 25 años de oficio no confunde libertad de empresa con libertad de expresión.
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