Velas para el cumple de la Base Naval. Juan G. Luján

La armada española celebró esta semana el 75 aniversario de la okupación de los terrenos de la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria. Escribo okupa con k porque cuando los militares se instalaron en ese lugar, en pleno franquismo,  se comprometieron a pagar 7,5 millones de pesetas de la época a la Junta de Obras del Puerto, pero no lo han hecho. Así que deben ser considerados morosos u okupas.

Recordemos que este espacio de 40.000 metros cuadrados junto al mar es una demanda de la sociedad civil de Gran Canaria, sobre todo de la ciudad, a la que no le sobran espacios verdes.  En 1987 el Parlamento de Canarias se manifestó de forma unánime a favor del traslado de la Base Naval a otro espacio, para que se liberara el lugar para que pudiera crecer el puerto. También se han presentado diferentes iniciativas en el Congreso de Los Diputados durante varias legislaturas en las que se instaba a la retirada del ejército de la base naval.  Pero siempre se han presentado como proposiciones No de ley que solo tienen un valor simbólico, y las suelen presentar los diputados nacionalistas cuando está cerca la campaña electoral.

Realmente a mí me parece bien que los militares soplen las velas por el cumpleaños de la ocupación de la base naval, pero que soplen la vela latina canaria y se vayan a otro lugar.  Reconozco que no tengo esperanzas de que esto vaya a suceder así, porque son muchos los años que lleva el gobierno y el ministerio de Defensa mareando la perdiz. La ministra de Defensa con el PP, Dolores de Cospedal, llegó a poner precio a ese traslado: estaba dispuesta a sacar al ejército de la Base Naval, pero las instituciones canarias debían abonar 400 millones de euros. O sea, que no han pagado los 7,5 millones de pesetas, unos 45 mil euros, y piden 400 millones. La  verdad es que le dan ganas a uno de hacer okupa. Y después de llevar 75 años en un lugar, pedir que me paguen por marcharme. Como diría mi abuelo, la actitud de los militares, me llenó la cachimba.

La actual ministra de Defensa, Margarita Robles, declaró en 2019 que tenía la voluntad política y la “máxima disposición” para negociar con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria el traslado de la Base Naval (entiéndase negociar como pedirle perras o que busque otros terrenos para marcharse con los barquitos de guerra y los trajes de marinero) . ¿Qué pasó en 2019? Pues que en ese año hubo dos convocatorias de elecciones. Y ya saben -Tierno Galván dixit-  que las promesas en elecciones se hacen para no cumplirse.

Pero ahora esta semana, cuando presentaron su fiesta de cumpleaños, los mandos militares dijeron que no se van a ir, que son un enclave estratégico. Y ha n recordado la importancia de la base naval durante la segunda guerra mundial … No sé si entraron en detalle sobre esa importancia histórica porque no estuve en esa rueda de prensa, pero debemos  recordar que precisamente esa importancia histórica es porque Franco ofreció a Hitler  el Puerto de la Luz y de Las Palmas para el abastecimiento de los barcos de la armada nazi. La Base Naval nació como la parte militar del Puerto de la Luz.  Desde luego que no es un capítulo de la historia del que deberían estar orgullosos los actuales moradores de la Base Naval. Aunque, parece que lo están, porque en su facha-da, en pleno centro de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, hay un enorme aguilucho que simboliza el régimen de Franco. Se mantiene como si fuera un símbolo oficial. Ni pagan el espacio que ocupan dentro, ni respetan la ley de memoria histórica en su fachada… Ganas de llevarles las velas, pero no para el cumpleaños, para que se monten y naveguen a otros puertos y nos devuelvan ese espacio a la ciudad.

@juanglujan

Este artículo también se publicó en el periódico Tiempo de Canarias