La niña, la lupa y la pluma


fotoniñaplumaOcurrió en Cantabria. Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno español buscaba un encuentro con niños y niñas en plena campaña electoral. Una buena idea porque tal y como están las cosas en su partido a lo mejor era la única forma de asegurarse una imagen con seres inocentes en lugar de presuntos inocentes con los que comparte militancia. Parece que los partidos políticos que han ido ocupando las poltronas de las Cortes no han hecho ninguna ley que prohíba el uso de la infancia con fines electorales.

Para evitar problemas el PP se preocupó de comprobar que el colegio había pedido los permisos a los padres y las madres de los chiquillos para poder grabar imágenes y sacar fotos con Sáenz de Santamaría. Y allí acudió la mano derecha de Rajoy a una excursión campestre con las criaturas. A un asesor se le ocurrió que para llamar la atención de los pequeños doña Soraya se agachara y los mirara a través de una lupa. Y apareció la niña protagonista de la historia, que no se llama Soraya ni se apellida Sáenz de Santamaría. A la chiquilla le gustó la lupa, y la agarró con su manita. Soraya le sonreía, y la niña sonreía, pero quería la lupa. Y Soraya no soltaba la lupa. A la chiquilla le cambió la cara y mostró su enfado. Y el fotógrafo  David Bustamante del diario El Mundo estaba allí y no paraba de disparar con su cámara. Soraya se dio cuenta y sacó una pluma y se la fue a dar a la niña. Pero la chiquilla quería la lupa. Una lupa es una lupa y una pluma es otra cosa distinta. Igual que una cosa es bajar los impuestos y otra es subirlos. Igual que una cosa es una amnistía fiscal que premia a los delincuentes que defraudaron a Hacienda y otra es una “regularización fiscal”. Tampoco es lo mismo un fraude a la Seguridad Social para esconder la relación laboral con un delincuente que una “indemnización en diferido”. Y así muchos ejemplos.

La niña de la foto sabe la diferencia entre la lupa que sirve para ver las cosas más claras, para captar los mensajes de la letra pequeña, y la pluma que desafía la ley de la gravedad, que se te escapa de las manos, que se puede haber desprendido de una gaviota que en los últimos quince días soltó plumas para los niños pero que a partir del lunes puede soltar otras cosas menos limpias. Al día siguiente de la anécdota de la niña y la lupa que originó la foto de la chiquilla enfadada que dio la vuelta al mundo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría suspendió dos actos electorales que tenía porque se quedó «afónica».

Este domingo hay elecciones. Esperemos que la gente use la lupa (y la memoria) cuando elija las papeletas. Aunque en todos los colegios electorales habrá gente vigilando para ofrecer una pluma a los que pidan la lupa.

@juanglujan foto3 Fotos: David Bustamante, El Mundo

Acerca de juanglujan

Juan García Luján es periodista, de las islas Canarias. Ha trabajado en radio, prensa y televisión. Entiende el oficio de periodista como la posibilidad de informar, comunicar y reflexionar en alto. Todavía cree que es una profesión útil para la sociedad. Después de 25 años de oficio no confunde libertad de empresa con libertad de expresión.
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3 respuestas a La niña, la lupa y la pluma

  1. Mª IsabelNombre (obligatorio) dijo:

    me ha hecho mucha gracia lo de la niña y la lupa,se puede ver la cara de enfado que tiene la criatura,me hubiese gustado oír a la niña, porque algo diria, amen.

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  2. Ya no engañan ni a los niños.

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  3. Magnífico comentario. Felicidades.

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